Madrid, 6 mar (Prensa Latina) Alguien pensó que después de Cien años de soledad o El amor en los tiempos del cólera, sería imposible sorprender a los lectores, pero Gabriel García Márquez es mucho más.
Fallecido el 17 de abril de 2014 en Ciudad de México, el escritor y periodista colombiano, Premio Nobel de Literatura, dejó una novela póstuma que finalmente ve la luz hoy en España, después de un anuncio-homenaje en Bogotá, la víspera.
En agosto nos vemos es el nuevo texto del Gabo, la historia de Ana Magdalena Bach, rescatada por sus hijos Rodrigo y Gonzalo, tras permanecer los manuscritos y mecanoscritos alojados en el Harry Ransom Center, una biblioteca de la Universidad de Texas, en Estados Unidos.
A propósito de este miércoles 6 de marzo, cuando García Márquez cumpliría 97 años, sus hijos escucharon las opiniones de académicos que leyeron fragmentos de la obra y los convencieron de unificarlos en un libro.
Anoche, la Torre Colpatria de Bogotá fue iluminada con imágenes alusivas a En agosto nos vemos, escrita «en el inconfundible y fascinante estilo de García Márquez, (…) un canto a la vida, a la resistencia del goce a despecho del paso del tiempo y al deseo femenino.
Un regalo inesperado de uno de los escritores más queridos de nuestra lengua’, señaló en Madrid la editorial Penguin Random House.
Una mujer que cada agosto visita la tumba de su madre en una isla del Caribe, quien aprovecha los viajes para apartarse de su castidad y tener citas eróticas con desconocidos.
Resumen lacónico de un texto que no complacía al Gabo y que en 1999, tras leer públicamente el primer capítulo, se abstuvo de publicar el resto y se limitó a entregar a sus familiares versiones del manuscrito.
Para conmemorar los 10 años del deceso del autor también de Crónica de una muerte anunciada, Noticia de un secuestro, El coronel no tiene quien le escriba, la familia decidió su publicación, en coincidencia también de la fecha de su natalicio el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, Magdalena.
Desafío indescifrable para el Nobel colombiano cerca de su muerte, contaron a la prensa de forma virtual sus hijos Rodrigo y Gonzalo García Barcha, «era un sinsentido y un desorden, por lo que debía desecharse».
«Cuando leímos las versiones nos dimos cuenta que el libro estaba mucho mejor de lo que recordábamos, entonces empezamos a sospechar que al igual que Gabo perdió la capacidad para escribir, también perdió la capacidad para leer y por ende la capacidad para juzgar sus propios escritos, comentaron.
Pilar Reyes, director editorial de Penguin Random House, destacó que la versión en español saldrá este miércoles en diversos países y el 20 de marzo será lanzada la versión en inglés.
«La novela estaba si acaso un poco dispersa en un número indeterminado de originales, pero estaba completa (…) fue un trabajo de arqueología para unir las partes y llegar a un final», precisó Gonzalo.
Nada mejor que el aperitivo, del comienzo revelado por el propio Gabo en 1999:
«Volvió a la isla el 16 de agosto en el transbordador de las tres de la tarde. Llevaba una camisa de cuadros escoceses, pantalones de vaquero, zapatos sencillos de tacón bajo y sin medias, una sombrilla de raso y, como único equipaje, un maletín de playa.
En la fila de taxis del muelle fue directo a un modelo viejo y carcomido por el salitre. El chófer la recibió con un saludo de viejo conocido y se lanzó dando tumbos a través del pueblo indigente, con casas de bahareque y techos de palma amarga, y calles de arenas blancas frente a un mar ardiente».